Siempre he sido una persona que se guarda las cosas dentro y no suelo compartirlas con nadie. Mis amigos me dicen que soy muy hermético, que aunque hablo y cuento cosas, no cuento las más íntimas o las más reflexivas.
Cuando tenía la necesidad de desahogarme solía venir aquí y escribir. Algunas cosas eran directas, otras metáfora y otras pura invención. Eso me daba la ventaja de poder escribir de las cosas más íntimas a sabiendas que habría quien se las tomara como salidas de mi lado más creativo (si es que lo tengo).
Llevo mucho tiempo sin escribir. Sin desahogarme. Sin contar. Sin inventar y dar rienda suelta a la imaginación, por el simple hecho de suponer quién lo estuviera leyendo y de quién lo leyese y que "no se mereciese" saber de mi, por el simple hecho de que por ese lado -por el de conocer mi interior-, pueden hacerme daño. Me da coraje que ciertas personas sepan de mi y yo no sepa de ell@s.
Hay que dar el primer paso, como en todo en la vida.
Espero que esto que escribo hoy sea la fractura al cascarón en el que llevo metido un tiempo.
Aunque, realmente, me parece estúpido toda la reflexión anterior, pues una conversación pone el contador a cero.
Bueno, lo dicho. Seas quien seas que leas esto..... que lo disfrutes!.
Supongamos...
...que me echas de menos.
...que mis recuerdos te golpean en el
pecho.
...que buscas mi cara en cualquier persona que te cruzas en tus
mañanas esas tan ocupadas.
...que de repente oyes mi sonrisa y la persigues
pero sólo es un eco de nuestro pasado.
Recuerda "No hay nada que pueda
contra dos que saben hacerse sonreír".
Supongamos...
...que intentas ver en
los ojos de la persona que tienes a tu lado mi mirada y no lo consigues.
...que sueñas con mis besos y te despiertas a destiempo
y vuelves a cerrar los ojos para volver a soñar con ellos. ...que te imaginas lo que te queda de vida de cualquier forma pero conmigo a
tu lado. ...que me necesitas tanto como yo a ti. ...que
no me lo dices, que esto yo no lo sé. Pero lo siento y vale más que
todas las palabras del mundo.
Pero me pediste que te prometiera no
olvidar. Y eso es lo que me mantiene vivo. Saber que en lo más profundo
de tu ser estoy muy dentro de ti y cuando vuelvas te seguire mirando
como si no hubiese un mañana.
Aunque tú mueras en cada mirada y yo muera
contigo en cada suspiro hasta que me devuelvas el aire.