Manuel Carrasco es un chico de Isla Cristina que participó en la segunda edición de Operación Triunfo que dieron por La1, el cuarto varón (de sus hermanos) si no recuerdo mal.
Desde pequeño cantaba con su padre José y participó en el Carnaval isleño en el ya desaparecido Teatro Gran Vía.
Durante una época de su vida, su abuela María vivió en Ayamonte, en la casa justo enfrende de la de mi abuela materna, Aureliana, y por allí pasaba Manuel de vez en cuando, y en casa de mi abula amorzó más de una vez y dos.
Su madre María, y mi madre Caty, se conocen, y tras el paso de Manuel por OT, se han visto en Isla Cristina y aún se recuerdan.
Por qué os cuento esta medio-historia, pues porque hay que oir muy bien los consejos que da en la canción que pongo aquí abajo.
Empezaron los problemas, se enganchó a la pena, se aferró a la soledad
Ya no mira las estrellas, mira sus ojeras, cansadas de pelear
Olvidándose de todo, busca de algún modo, encontrar su libertad
El cerrojo que le aprieta, le pone cadenas y nunca descansa en paz
Y tu dignidad se ha quedado esperando a que vuelvas
Que nadie calle tu verdad,
Que nadie te ahogue el corazón.
Que nadie te haga más llorar, hundiéndote en silencio
Que nadie te obligue a morir
Cortando tus alas al volar, que vuelvan tus ganas de vivir.
En el túnel del espanto todo se hace largo, ¿Cuando se iluminará?
Amarrado su destino, va sin ser testigo de su lento caminar.
Tienen hambre sus latidos pero son sumisos y suenan a su compás
La alegría traicionera le cierra la puerta no se sienta en su sofá
Y tu dignidad se ha quedado esperando a que vuelvas,
Que nadie calle tu verdad,
Que nadie te ahogue el corazón.
Que nadie te haga más llorar, hundiéndote en silencio
Que nadie te obligue a morir
Cortando tus alas al volar, que vuelvan tus ganas de vivir.
Ya no mira las estrellas, mira sus ojeras, cansadas de pelear
Olvidándose de todo, busca de algún modo, encontrar su libertad
El cerrojo que le aprieta, le pone cadenas y nunca descansa en paz
Y tu dignidad se ha quedado esperando a que vuelvas
Que nadie calle tu verdad,
Que nadie te ahogue el corazón.
Que nadie te haga más llorar, hundiéndote en silencio
Que nadie te obligue a morir
Cortando tus alas al volar, que vuelvan tus ganas de vivir.
En el túnel del espanto todo se hace largo, ¿Cuando se iluminará?
Amarrado su destino, va sin ser testigo de su lento caminar.
Tienen hambre sus latidos pero son sumisos y suenan a su compás
La alegría traicionera le cierra la puerta no se sienta en su sofá
Y tu dignidad se ha quedado esperando a que vuelvas,
Que nadie calle tu verdad,
Que nadie te ahogue el corazón.
Que nadie te haga más llorar, hundiéndote en silencio
Que nadie te obligue a morir
Cortando tus alas al volar, que vuelvan tus ganas de vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Tienes algo que comentar? Habla ahora o calla para siempre.