El blog por temas

50 cosas (1) acuario (1) agosto (1) alcaraván (1) Andalucía (1) año 2010 (1) año 2011 (1) año 2012 (3) año 2013 (1) árabe (1) artículos (1) astrología (28) ayamonte (48) blog (2) blog y páginas amigas (4) café (2) canal sur (8) carlos cano (1) carlosarguiñano (1) carnaval de ayamonte (10) carnaval de cadiz (2) carpe diem (1) castro marim (2) ciclo de cine navideño (1) cine (11) citas y frases (28) cocina (4) cofradía de padre jesús (2) concierto (1) conquistadores del son (2) conversaciones (22) coro (11) coro de carnaval (3) crisis (2) cuaderno de bitácora (394) cuenta atrás (29) cultura (1) cumpleaños (23) curiosidades (3) derechos sociales (1) desde la cama (2) divulgativo (8) domingo de señas (2) el pelotazo (2) elecciones (2) encuesta (2) escuela de idiomas (3) eurovisión (1) facebook (2) familia (10) festival de los caracoles (1) fiestas (41) fiestas de la alegría (2) filosofía barata (98) fin (2) fotos (37) fotos del mes (1) fotos flickr (30) gastronomía (1) gran teatro (1) hermandad de la lanzada (17) hermandad de la sed (4) horóscopo (1) huelga general (1) huelva (1) huerto (1) humor (6) instagram (14) isla canela (9) isla cristina (3) izquierda unida (4) jaime sabines (1) josé ángel (1) junta de andalucía (1) kent follett (1) la entrada de los viernes (11) la noche de los lunares (1) libros (6) liga betisweb (9) lotería de navidad (1) luna llena (1) margallo (1) minirelatos (23) moto (1) música (181) musicales (1) navidad (1) noticias (6) obituario (1) películas (9) pescado frito (1) playa isla canela (6) playa santo antonio (1) poemas (24) política (14) portugal (14) portugués (5) protesta (4) puro café (1) real betis balompié (10) reciclaje (1) redes (11) reflexiones (12) regalos (2) relatos (40) república (1) reyes magos (3) santos (1) selección española de fútbol (3) semana santa (44) series de televisión (6) Sevilla (8) shaksthecat (10) sobrino (1) sole giménez (1) tabaco (1) tanger (7) tatto (2) tatuaje (2) teatro cardenio (1) televisión (3) tests (3) toño méndez (4) trabajos (1) twitter (3) vacaciones (1) verano (10) viajes (41) vídeos (54) Vine (1) VRSA (6) zarzuela (1)
Mostrando entradas con la etiqueta relatos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta relatos. Mostrar todas las entradas

lunes, 4 de mayo de 2009

He aprendido...

He aprendido... que nadie es perfecto hasta que no te enamoras.
He aprendido... que la vida es dura, pero yo lo soy más.
He aprendido... que las oportunidades no se pierden nunca: las que tu dejas, las aprovechan otros.
He aprendido... que cuando siembras rencor y amargura la felicidad se va a otra parte.
He aprendido... que necesitaría usar siempre palabras buenas porque quizás mañana se tienen que tragar.
He aprendido... que una sonrisa es un modo económico para mejorar tu aspecto.
He aprendido... que no puedo elegir como me siento, pero siempre puedo hacer algo.
He aprendido... que todos quieren vivir en la cima de la montaña pero toda la felicidad pasa mientras la escalas.
He aprendido... que se necestia gozar del viaje y no pensar solo en la meta.
He aprendido... que es mejor dar consejos solo en circunstancias, cuando son pedidos y cuando de ellos depende la vida.
He aprendido... que cuanto menos tiempo derrocho más cosas hago.

lunes, 20 de abril de 2009

Moraleja de la historia de los 100 días

Ciao, queridos.

Haciendo una visual por el blog, me doy cuenta que algunas historias no están cerradas. Y esto pasa con la de 100 días. Me falta poner la moraleja.

Y aquí os la cuento:

El soldado se fué el día 99, a falta de uno sólo, porque pensó que, tal vez, el día 100 la princesa no conservaría su promesa, así, durante los 99 días de espera tuvo esperanza de verse con ella, amándola. Él prefirió quedarse con la sensación de que estuvo a punto de amar a una princesa a la posibilidad que ella lo rechazara el día 100.

sábado, 28 de marzo de 2009

100 días

Una vez un rey celebró una gran fiesta. A ella fueron las princesas más bellas del mundo.

Un soldado que hacía la guardia vió pasar a la hija del rey. Era la más bella de todas y se enamoró enseguida de ella, pero ¿qué podía hacer un simple soldado en comaparación con la hija de un rey?.

Un buen día, consiguió hablar con ella y le dijo que no podría vivir sin estar a su lado. La princesa quedó tan impresionada por su fuerte sentimiento que le dijo al soldado:

-Si consigues esperar cien días y cien noches bajo mi balcón, al final, seré tuya.

Y a partir de ese instante el soldado se fue allí y la esperó un día, y dos días, y diez días, y luego veinte y cada noche la princesa lo observaba desde la ventana, pero él no se movía nunca. Con lluvia, con nieve, con viento, él siempre estaba allí; los pájaros le cagaban encima, las abejas se lo comían vivo, pero él no se movía.

Después de noventa días estaba tremandamente delgado, pálido. Al pobre le resvalaban las lágrimas de los ojos y no podía contenerlas y no le quedaban fuerzas para dormir. Mientras, la princesa segúia observándolo.

Y al llegar la noche noventa y nueve, el soldado se incorporó, cogió su silla y se fue.

---

Esta historia se la cuenta, en la película Cinema Paradiso, Alfredo al adolescente Totó cuando éste último se enamora de Elena y ella no quiere saber de él. Alfredo le dice que no sabe la moraleja de la historia.... Y vosotros? Por favor, escribírmela en un comentario. Algún día yo pondré la mía.

sábado, 7 de marzo de 2009

Hay personas

Hay personas que te quieren,
hay personas que te aman,
hay personas que te odian,
y hay personas que te extrañan.

Hay personas que rien contigo,
hay personas que lloran por tí,
hay personas que sólo piensan en tu vida,
y hay hasta personas que pierden la vida por tí.

Aunque tú no te des cuenta
siempre habrá un amigo que te quiera
y aunque tú no lo veas
siempre habrá alguien que te entienda,
ve quienes son tus amigos,
los que te quieren de verdad,
los que rien y lloran contigo
los que no te hacen sentir mal.

A esas personas que te quieren,
tú también las tienes que querer,
porque son de esas amistades
que nunca se van a perder.

Yo lo único que te digo
es que te valoro en realidad,
no por lo que usas o por lo que tienes
si no porque te quiero de verdad.

Hay personas que nunca dejan de pensar en tí porque les importas demasiado.

domingo, 1 de marzo de 2009

69 escusas para dejar a un hombre

Ciao, queridos.

Me acaban de pasar una lista con las 69 escusas más usadas por las mujeres para dejar a un hombre:

0. Tenemos que hablar (enviar preferentemente por SMS).
1. Tengo la sensación de que nos estamos alejando.
2. Hoy creo que nos tendríamos que haber conocido de aquí a dos años.
3. Realmente me gustas mucho, pero estoy confundida.
4. Tú nunca tomas la iniciativa, siempre tengo que ser yo.
5. Será mejor que nos demos unos meses para respirar.
6. Eres maravilloso, sensible, simpático, gracioso, tienes conversación... pero necesito algo más en mi vida.
7. Gracias a Dios la culpa no es de nadie, las cosas duran lo que duran.
8. Una cosa está clara, no es culpa tuya, el problema soy yo.
9. Recuerda algo: ya te avisé de que soy un espíritu libre.
10. Ahora es diferente, ya no hay chispa entre nosotros.
11. Necesito a alguien más maduro a mi lado.
12. Necesito vivir nuevas experiencias y conocer a otras personas.
13. Hemos entrado en un circulo vicioso y necesito escapar.
14. Necesito un tiempo para reflexionar.
15. Nos hemos conocido en un periodo muy complicado de mi vida...
16. Creo que nuestra relación ha caído en la monotonía, ya no es como al principio.
17. He hablado con mis amigas y creemos que lo mejor es que lo dejemos un tiempo.
18. Es que no tenemos la misma escala de valores.
19. He notado que últimamente te has dejado un poco...
20. No he estado con ningún chico mejor que tú, pero no es lo que yo quiero.
21. Lo mejor es dejarlo para no hacerte daño.
22. No quiero cerrar ninguna puerta, quizás en el futuro...
23. Somos muy diferentes. Tú sólo piensas como un hombre.
24. El sexo no es lo más importante.
25. ... me lo acabas de quitar de la boca... yo pienso igual que tú.
26. ¿Tú crees en el destino? Yo sí.
27. Seguro que dentro de un mes me estaré tirando de los pelos, pero creo que lo mejor es dejarlo.
28. Sólo me buscas cuando te interesa tener sexo conmigo.
29. Creo que no estoy preparada para llevar una relación.
30. Siempre podremos seguir compartiendo las mismas cosas, si quieres, claro...
31. Tú necesitas a alguien que te quiera de verdad.
32. Hoy sé que me estoy equivocando, pero es algo que debo hacer.
33. Realmente pensaba que eras diferente pero ahora veo que eres como los demás.
34. Todo tiene un principio y un final.
35. Seguro que te irá mucho mejor sin mí..
36. Estoy cansada de dar sin recibir nada a cambio.
37. Ganaremos los dos. No me veo en el futuro contigo.
38. Un beso tuyo ya no es como al principio.
39. Respira tranquilo, esto me duele más a mí que a ti.
40. Ahora creo que es hora de que empiece a pensar un poco en mí.
41. No estoy preparada para algo serio.
42. Yo no soy tu mujer ideal ni tú mi hombre ideal...
43. Eres demasiado perfecto, no te encuentro ningún fallo, y eso me asusta.
44. Me he dado cuenta, después de 5 años, de que no estamos hechos el uno para el otro...
45. Yo necesito alguien que me entienda.
46. Las personas cambiamos...
47. Necesito un cambio de 180 grados en mi vida.
48. Estoy haciéndonos un favor tomando esta decisión.
49. Yo te quiero, pero de otra manera.
50. Es mejor que lo dejemos ahora, antes de que nos hagamos daño.
51. Las cosas están yendo demasiado deprisa...
52. Es que eres demasiado bueno conmigo.
53. No podemos seguir engañándonos de esta manera.
54. Sé que ahora te duele, pero en el futuro me lo agradecerás.
55. Es todo tan bonito que me asusta.
56. Lo nuestro está en punto muerto.
57. Mejor que lo dejemos ahora que aún estamos a tiempo. Dentro de un año sería peor.
58. Espero que seas feliz y encuentres una chica mejor que yo.
59. Yo no sé querer por dos personas.
60. No somos compatibles sexualmente.
61. Ya te dije que era un poco lagarta.
62. Sabes que lo nuestro es imposible.
63. Ponte en mi piel y lo entenderás.
64. De verdad, te aseguro que no hay otro.
65. Creo que te conozco lo suficiente como para saber que no soy lo que buscas, no pegamos.
66. Necesito estar sola ... para pensar.
67. Somos dos polos opuestos, lo nuestro no nos lleva a ninguna parte.
68. Creo que es hora de que nuestros caminos se separen.
... 69.. Y sobre todo, no te preocupes, siempre podremos seguir siendo amigos.

Dicen los expertos que si una chica te dice 2 ó mas de estas frases, mejor aléjate.


Mis preferidas:
3-8-15-21-27-29-31-32-52-54-57-58-64-66

jueves, 12 de febrero de 2009

Hoy, ayer, mañana

HOY
el mundo rueda y rueda,
la gente corre y corre,
el tiempo vuela y vuela,
el día pasa y pasa,
el viento sopla y sopla,
la luz titila,
el amor llora y llora
el poeta canta a la vida, y la vida.......

AYER
el mundo crecía y crecía,
la gente vivía y vivía,
el tiempo lento pasaba,
el viento reía y reía,
la luz iluminaba,
el alma nacía,
el amor despertaba,
el poeta reía y vivía la vida, y, la vida... era fácil y hermosa

MAÑANA
tal vez el mundo ruede y ruede,
la gente llore y llore,
el tiempo pase y pase,
el día vuele,
el viento queme,
la luz se apague,
el alma se consuma,
el poeta calle, y la vida se acabe...

jueves, 15 de enero de 2009

A veces

A veces, queremos decir tantas cosas pero no las decimos...
A veces, se nos va el tiempo, en discusiones sin sentido...
A veces, en vez de decir cuanto amas, te la pasas diciendo tonterias...
A veces, pierdes a la persona que más amas, por no tratar de entenderla...
A veces, es bueno decir te amo, en vez de decir otras cosas...
A veces, es bueno pedir a Dios amarte más y que me entiendas mejor...
A veces, las mañanas no son, como quisieras que fueran...
A veces, el sol no brilla como quisieras y tus días son grises...
A veces, la luna no la ves y tus noches son oscuras...
A veces, hay que tener paciencia, con la persona que dices que amas...
A veces, nos ciega la ira y ofendemos sin querer, a quien más amamos...
A veces, es bueno pedir perdón, si sabes que has ofendido...
A veces, es bueno dar gracias a la vida por tenerte...
A veces, es bueno decir una plegaria a Dios, dando gracias...
A veces, es bueno decirle a un amigo cuanto lo extrañas...
A veces, es bueno ver los defectos tuyos antes que los ajenos.

Por eso yo hoy te digo...

Que me perdones, por todos esos momentos, que no disfrute de tí, por andar en discusiones tontas.
Quizás olvidaremos, pues hay que olvidar y perdonar.
Que el sol hoy, esta alumbrando este día mas que nunca.
Que mi noche es clara, porque la luna esta dándome su luz.
Que mi Dios escucha mis oraciones y esta conmigo...

¿Por qué si la vida es tan corta, me la tengo que pasar peleándome con todos los que me rodean?
¿Por qué no disfrutar de estos momentos, que son tan pocos, que viven en tí y te dan esa energía que necesitas, para luchar en la vida por lo que quieres?
¿Por que no sonreírle a la vida?
¿Por que no rodearme de amor, así la vida la veo de otro color, y las penas son menos y los dolores se curan mas?

Por eso hoy le abriré mis brazos a un amigo, sin ver sus defectos.

A veces, lo más bueno de la vida, no es lo más bello: es lo que se ama.
A veces, es bueno decir estas palabras.

Hoy es un día que quiero decirte esas palabras: Te Quiero Mucho.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Yo también te quiero... pero solo como amigo

Hasta ahora pensaba que lo peor que te puede decir una mujers es "tenemos que hablar". Pero nada que ver. Lo peor que te puede decir una mujer es "yo también te quiero... pero solo como amigo".

Eso significa que para ella eres el hombre más simpático del mundo, el que mejor la escucha, con el que comparte sus mas íntimos secretos, pero, que jamás va a salir contigo. En cambio, va a salir con un impertinente, un grañán que solo quiere jugar con ella. Eso sí, cuando él la mande a tomar por culo, ella te va a llamar para pedirte consejo.

Es como si vas a buscar trabajo y te dicen "es usted el hombre idóneo para el puesto, el más preparado y el que mejor currículum tiene, pero no, no lo vamos a contratar, vamos a tomar a un incompetente, eso sí, cuando la cague, lo podremos llamar a usted para que nos saque del hoyo".

Me pregunto qué carajo hice mal.

Fuimos al cine. Nos meamos la risa. Pasamos horas tomando café. ¿A partir de qué café nos hicimos amigos?. ¿Del quinto?. ¿Del sexto?. ¡Mierda, eso se avisa!. Uno menos y ahora estaría en la cama conmigo.

A mi me parece muy bien que seamos amigos, lo que no entiendo es por qué no podemos tener relaciones sexuales... ¡como amigos!. Yo creo que la amistad entre hombre y mujeres no existe. A lo mejor, para ellas, amigos, significa eso. Pero para nosotros significa que hay una esperanza: tal vez una noche en la playa, con la luna llena, los planetas alineados; o peor aún, si un meteorito amenaza la Tierra.

Es por eso que ahí sigues detrás de ella. Hasta cuando está saliendo con Ricardo. Buaj, ya van a cortar. Y cuando eso pasa atacas con la técnica del consolador "no llores. El tal Ricardo es un cabrón. Tu mereces algo mejor, alguien que te comprenda, que esté ahí cuando lo necesitas. (pensando para tí... que sea bajito, moreno, que no muy guapo, que se llame Luís... ¡como yo!)".

Al menos, siendo su amigo, puedes meter cizaña para eliminar la competencia usando la técnica del gusano miserable.

Ella: Mira que fuerte está Ricardo, ¿no?.
Tú: Psss. Lástima que esté vizco, ¿no?
E: No es vizco. Lo que pasa que tiene una mirada muy tierna.
T: En eso tienes razón. El otro día me fijé como estaba mirando a Sandra...
E: ¡No estaba mirando a Sandra! Me estaba mirando a mí.
T: ¡Ya ves como si es vizco!

O en casa de ella tras una cena con los amigos, te quedas a recoger todo.

Ella: Oye, Luís, es tarde, ¿por qué no te quedas a dormir?
Tú: ¿Y dónde duermo?
E: Ay, pues en mi cama tontito.
T: (pensando para tí mismo... esta es mi noche, se han alineado los planetas)

Y cuando os acostáis, tu todo empalmado nada mas que de pensarlo, va la tía y se da la vuelta y se queda dormida en un plis... ¡Su puta madre! ¿Cómo se pudo dormir tan pronto? ¿Es que esta mujer no reza ni nada?.

Estás acostado con la mujer que te gusta. No te atreves a moverte para no tocar nada. ¿Tocar una tetita con el hombro es de mal amigo?. ¿Y si es la tetita la que me toca a mi?. Por una parte está bien: las mujeres consideran una relación como "superespecial" cuando pueden dormir con un tipo en la misma cama y no pasa nada. Aún sí, la humillación no ha acabado. Por la mañana, te despierta de forma sobresalta un tipo en la calle pitando con el coche.

Tú: ¿Qué pasa?
Ella: Es que ya llegó Ricardo a por mí.
T: ¿Ricardo?. ¿Es que no habías terminado con él?.
E: Calla. Tu sí que eres un amigo de verdad. Le dije a Ricardo que te encargarías de su perro mientras nos vamos de crucero.

Y es así como uno acaba con un perro. ¡Ese si qué es el mejor amigo de un hombre!. Por lo menos, me sirve para ligar en el parque con las chatis que salen a hacer footing.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Vide cor meum - 12

XII

Mas, volviéndome a mi propósito, debo decir que, al negarme tal felicidad, fue tanto mi dolor que, partiéndome de la gente, retíreme a solitario paraje donde bañar el suelo con muy amargas lágrimas. Y una vez hubo rimitido mi llanto, enciérreme en mi estancia, donde podía lamentarme sin ser oído. Allí, implorando misericordia a las damas de las cortesías y exclamanto: "Ayuda, Amor, a tu siervo", me dormí como un niño entrelloroso luego del castigo.
Enmedio de mi sueño parecióme ver en mi estancia, y sentado junto a mi, a un joven puesto de blanquísimo indumento, que, muy preocupado, al parecer, me contemplaba en el lecho. Y, cuando me hubo mirado algun tiempo, parecióme que me llamaba suspirando para decirme estas palabras: Fili mihi, tempus est ut proetermitantur simulacra nostra. Y entonces perecióme conocerle, pues llamábame cual muchas veces me había llamado ya en mis sueños. Mirándole, pareciome asimismo que lloraba lastimeramente y que esperaba de mí alguna palabra, por lo cual, convencido de ello, comencé a hablarle de esta manera: "¿Por qué lloras noble señor?". A lo que respondióme: Ego tanquan centrum, ciruli cui simili modo se habent circunferentiae partes; tu autem non sic. Entonces, meditando sus palabras, hallé que me había hablado con gran oscuridad, por lo cual procuré decirle lo siguiente: "¿Por qué, Señor, me habla tan oscuramente?". Y me repuso, ya en lengua vulgar: "No pregunteís sino cosas útiles". Comencé, pues, a hablar con él del saludo que se me negó y le pregunté de la causa de esa negativa, a lo cual respondióme del siguiente modo: "Nuestra Beatriz oyó, hablando de tí con algunas personas, que la dama que te indiqué en el camino de los suspiros había sido enojada por tí, lo cual motivó que la gentilísima Beatriz, contraria a que se causen molestias de este linaje, no se dijanara saludarte, creyendo que habías molestado. Por esto, aunque realmente ha tiempo que conoce tu secreto, quiero que le rimes unas palabras diciéndole el señorío que sobre tí ejerzo gracias a ella, y cómo a ella te consagraste desde tu mas tierna infancia. Invoca por testimonio a quien lo sabe, y yo, que soy éste, gustosamente daré fe, con lo cual advertiré tus verdaderas intenciones y consiguientemente se percatará de que estaban engañados quienes le hablaron. Haz que tales versos sean indirectos para no hablarle directamente, como si no fueras digno de ello. Cuida, en fin, de mandárselos a donde yo me encuentre y pueda dárselos a entender, así como de revestirlos de suave armonía, en la que intervendré cuando fuera menester".
Pronunciadas estas palabras, desvanecióse y truncó mi sueño. Luego, rememorando, inferí que visión había acaecido en la novena hora del día. Y antes de salir de mi estancia me propuse componer una balada en la que cumpliríame lo que mi señor habíame impuesto. Así escribí esta balada [...]
Balada, corre, que al Amor te envío;
con él junto a mi dama te adelantas,
y de mi afecto, que en tus versos cantas,
hablé después con el ella del dueño mío.
Balada mía: irás tan cortésmente
que, aunque mi compañero,
podrías presentarte do quisieras;
más si desearas ir seguramente
a Amor busca primero
porque no es bueno que si él te fueras.
Pues la dama que manda en mi albedrío
contra mis ansias hállase enojada,
y si no vas de Amor acompañada
temo que te reciba con desvío.
Con dulce son, cuando estés junto a ella
comienza de este modo,
si su permiso concederte quiere:
"El que me envía a vos, señora bella,
anhela que ante todo
sus disculpas oigáis si las tuviere...
Amor, el grato acompañante mío,
quizás le hizo mirar otras doncellas
pensando en vos; mas al mirar en ellas
no desertó de vuestro señorío".
Dice: "Su corazón, señora, tuvo
en vos fe tan entera
que a daros gloria fue siempre inclinado.
Muy temprano fue vuestro y se mantuvo".
Y si no te creyera,
pregúntelo a Amor, que está enterado.
Cuando te vayas, con acento pío,
suplicando perdón, por si la enojas,
di que morir me mande, y sin congojas
satisfará mi vida su albedrío.
Y a quien de toda compasión es clave
le dices que argumente,
quedándose, en favor de mi persona.
Siquiera -dile- por mi tono suave
accede, complaciente,
y por tu siervo con favor razona.
Y si ella, por tu oficio, le perdona,
anúnciele por la paz gayo semblante".
Gentil balada mía, tú, constante,
haz que el triunfo te ciña su corona.

Vide cor meum - 11

XI
Cuando la encontraba, dondequiera que fuese, con la esperanza de su magnífico saludo, no sólo me olvidaba de todos mis enemigos, sino que una llama de caridad hacíame perdonar a todo el que me hubiese ofendido. Y si alguien hubiérame preguntado entonces algo, mi respuesta, con humilde apostura, hubiera sido: "Amor". Cuando ella estaba próxima a saludarme, un espíritu amoroso, destruyendo todos los otros espíritus sensitivos, impulsaba hacia afuera a los apocados espíritus del rostro, diciéndoles: "Salid para honrar a vuestra señora", y se quedaba él en lugar de ellos. Así, quien hubiera querido conocer a Amor, hubiera podido hacerlo mirando la expersión de mis ojos. Y cuando saludaba mi gentilísimo bien, no solamente Amor era incapaz de ensombrecer mi inefable dicha, sino que con semejante dulzura reducíase a tal estado, que mi cuerpo, en un todo sometido a su poder, manifestábase a menudo cual cosa inerte e inanimada. De lo cual se colige claramente que en su salud estaba mi felicidad, la cual muchas veces sobrepujaba y excedía a mis facultades.

martes, 12 de diciembre de 2006

Vide cor meum - 10

X
A mi regreso dediquéme a buscar a la dama que mi dueño habíame indicado en el camino de los suspiros. Para abreviar, diré que en corto tiempo le hice de tal modo mi defensa, que muchos hablaban de ello mas de lo prudente, lo cual me apesadumbraba sobre manera. Y por causa de estas lamentables habladurías, que me inflamaban con el vicio, mi discretísima amada, que fue debeladora de todos los vicios y soberana de todas las virtudes, encontrándome al paso, negóme su dulcísimo saludo, en que yo cifraba toda mi felicidad. Por eso, aún cuando me salga de mi actual propósito, quiero dar a entender los benéficos efectos que su saludo obraba en mí.

Vide cor meum - 9

IX
Unos días después del fallecimiento de aquella dama aconteció que hube de partirme de la antedicha ciudad y encaminarme hacia donde se hallaba la gentil mujer que había sido mi defensa, si bien el término de mi andar no estaba tan lejos como ella. Y aún cuando iba yo en nutrida compañía, me disgustaba el andar en tal manera, que los suspiros no podían desahogar la angustia que mi corazón sentía a medida que me alejaba de mi bien.
Entonces, el dulcísimo sueño que me tiranizaba gracias a mi gentilísima amada se me apareció en la imaginación cual peregrino ligeramente vestido con groseros harapos. Parecía aflijido y miraba al suelo, salvo cuando, al parecer, dirigía sus ojos a un río de aguas corrientes y cristalinas que se deslizaba cerca del camino que yo seguía. Creí que me llamaba para decirme estas palabras: "Vengo de ver a la dama que por tanto tiempo fue tu defensa, y sé que no volverá; pero traigo conmigo el corazón que yo te hice dedicarle y lo llevaré a otra dama que te defienda como aquella te defendía". Y, como la nombrase, conocíala perfectamente. "Empero -añadió-, si por ventura refirieses algo de lo que te he comunicado, hazlo de suerte que no se entrevea la simulación de amor que practicaste con aquélla y que te convendrá practicar con otras".
Dijo, y desapareció subitamente la visión, no sin haber influido grandemente sobre mí. Aquel día cabalgué con aspecto demudado, muy pensativo y suspirando pródigamente. Al día siguiente di principio a este soneto [...]
Cabalgando anteayer por un camino,
rumbo en modo alguno me placía,
di con Amor en medio de mi vía
con ligero sayal de peregrino.
Por su talante le juzgué mezquino,
cual si hubiera perdido jerarquía;
el trato de la gente rehuía,
entre suspiros, pálido y mohino.
Mas diciendo mi nombre así me hablaba:
"Vengo de lejos, donde se encontraba
tu pobre corazón en ministerio,
que te devuelvo para verte gayo."
Y entonces me ganó turbio desmayo
mientras Amor fundíase en misterio.

Vide cor meum - 8

VIII
Poco después de partirse la hermosa dama plugo al Dios de los ángeles llamar a su gloria a una mujer joven y de muy bello aspecto que en la supradicha ciudad era muy estimada. Viendo yo su cuerpo yacente sin el alma entre otras muchas mujeres que llorban lastimeramente, recordé que habíale visto en compañía de mi gentilísima amada, y no pude contener algunas lágrimas. Así llorando, decidí dedicar, unas palabras a su muerte, en virtud de haberla oído alguna vez con la dama de mis pensamientos. Algo de ella apunté en las postreras palabras que escribí, como verá claramente quien las lea. Fue entonces cuando compues estos dos sonetos [...]
Puesto que llora Amor, llorad, amantes
al escuchar la causa del lamento.
También las damas, con piadoso acento,
como el Amor se muestran sollozantes.
En mujer de bellezas relevantes
la muerte vil ha puesto su tormento,
ajando, no el honor, que es macilento,
sino tales bellezas, más brillantes.
Pero hízole el Amor gran reverencia,
pues yo le vi de veras, no apariencia,
gimiendo cabe el techo tremebundo.
Y a menudo a los cielos se volvía
donde ya para siempre residía
la que no tuvo par en este mundo.
[...]
Muerte vil de piedades enemiga,
de pesares amiga,
juicio que se resuleve pavoroso,
ya que heriste mi pecho doloroso,
acude presuroso
y en tu daño mi lengua se fatiga.
Si de merced te quiero hacer mendiga,
conviene que yo diga
tu proceder, que siempre es ominoso;
no permanece a gentes misterioso,
más no hallaré reposo
hasta que el mundo amante te maldiga.
De la tierra arrancaste con falsía
cuanto a una dama embelleció galana:
su juventud lozana
tronchaste cuando amante florecía.
Su nombre no diré; solo diría
su virtud y su gracia soberana.
Quien al bien no se afana,
jamás espere haber su compañía.

Vide cor meum - 7

VII
En tanto, he aquí que la mujer que por largo tiempo habíame servido para disimular mi pasión hubo de partirse de la susodicha ciudad y pasar a muy luengos países; por lo cual yo, al quedarme sin la excelente defensa, me desconsolé más de lo que hubiera podido creer al principio. Y pensando que si yo, de algún modo, no manifestaba dolor por su partida, las gentes hubieran advertido pronto mi fingimiento, decidí poner mis sentimientos en un soneto, que transcribiré, por cuanto mi amada fue causa inmediata de ciertas palabras que en tal soneto firguran, según advertirá quien lo conozca.
[...]
Vosotros que de Amor seguís la vía,
mirad si hay lacería
que se compare con mi pena grave.
Escuchar mi clamor, por cortesía
y en vuestra fantasía
ved que soy del penar albergue y clave.
Diome el Amor por grácil hidalguía
-que no por virtud mía-,
una vida tan dulce y tan suave,
que a menudo la gente, nada pía,
detrás de mí decía:
"¿Por qué ese pecho de la dicha sabe?"
Pero he perdido ya el fácil acento
que el Amor me prestó con su tesoro;
y tanto lo deploro
que aun para hablar carezco de ardimiento.
Mostraré, pues -cual quiene en desdoro
ocultan por vergüenza su tormento-,
por de fuerza, contento,
mientras por dentro me destrozo y lloro.

Vide cor meum - 6

VI
Al tiempo que aquella dama servía para disimular el gran amor mío, sentí vehementes deseos de recordar el nombre de mi gentilísima señora, acompañándolo después de muchos nombres de mujeres más bellas de la ciudad- patria, por voluntad del Altísimo, de la mía-, compuse una epístola en forma de serventesio, que no transcribiré, y que ni tan solo hubiera mencionado sin no fuese para decir lo que, componiéndola, sucedió, por maravilla, o sea que no pude colocar el nombre de mi amada sino en el lugar de noveno entre las demás mujeres.

lunes, 11 de diciembre de 2006

Vide cor meum - 5

V
Aconteció un día que la gentilísima mujer hallábase en sitio donde sonaban alabanzas a la Reina de los Cielos y que yo me encontraba en sitio donde podía ver a mi bien. En medio de la recta que nos unía estaba una hermosa dama de agradable continente, la cual me miraba con frecuencia, maravillada de mis miradas, que a ella parecían enderezarse. Fueron muchos los que se percataron, hasta el punto de que, al partirme de allí, oí que a mi veran decían: "¿Ves como esa mujer atormenta a este hombre?" Y como la nombraran, comprendí que se refería a la que había estado en medio de la recta que, partiendo de la gentilísima Beatriz, terminaba en mis ojos, lo cual me animó en extremo, asegurándome que mis miradas no habían descubierto mi secreto.
Y a la sazón pensé escudarme con aquella hermosa dama para disimular la verdad. Tan lo conseguí en tiempo escaso, que la más de las personas que de mí hablaban creían saber mi secreto. Con aquella mujer escúdeme por espacio de meses y hasta años. Y para fomentar la credulidad ajena, escribí ciertas rimas que no quiero transcribir aquí, aún cuando se refería a la gentilísima Beatriz; las omitiré, pues, a no ser que traslade alguna que más parezca en alabanza a ella.

Vide cor meum - 4

IV
A partir de aquella visión, comenzó mi espíritu natural a verse perturbado por su desenvolvimiento, pues mi alma hallábase entregada por completo en pensar en aquella gentilísima mujer. Así es que en breve tiempo tonéme de tan flaca y débil condición, que muchos amigos se apesaraban con mi aspecto y otros muchos se esforzaban en saber de mí lo que yo quería ocultar a toda costa de los demás. Y yo, apercibido para sus maliciosas interrogaciones, gracias a la protección de Amor, que me gobernaba según el consejó de la razón, respondíales que Amor era quien me había reducido a semejante estado. Mentábales Amor porque mi rostro lo denotaba de tal guisa, que fuera imposible encubrirlo. Y cuando me preguntaban "¿Por causa de quién te ha destruido Amor?" mirábalos yo sonriendo y no les contestaba nada.

Vide cor meum - 3

III
Transcurridos bastantes días para que se cumplieran nueve años tras la supradicha aparición de la gentilísima criatura, aconteció que la admirable mujer aparecióseme vestida con blanquísimo instrumento, entre dos gentiles mujeres de mucha mayor edad. Y, al entrar en una calle, volvió los ojos hacia donde yo, temeroso, me encontraba, y con indecible amabilidad, que ya habrá recompensado el Cielo, me saludó tan expresivamente, que entonces creíame transportado a los últimos linderos de la felicidad.
La hora en que me llegó su dulcísimo saludo fue precisamente la nona de aquel día, y como se trataba de la primera vez en que sonaban sus palabras para llegar a mis oídos, embargóme tan dulce emoción, que apartéme, como embriagado, de las gentes, apelé a la soledad de mi estancia y púseme a pensar en aquella muy galana mujer.
Pensando en ella se apoderó de mi un suave sueño, en el que me sobrevino una visión maravillosa, pues parecíame ver en mi estancia una nubecilla de color de fuego, en cuyo interior percibía la figura de un varón que infundía terror al que lo mirase, aunque mostrábase tan risueño, que era cosa extraña. Entre otras muchas palabras que no pude entender díjome éstas, que entendí: Ego dominum tuus. Entre sus brazos parecíame ver una persona dormida, casi desnuda, solo cubierta por un rojizo cendal y, mirando más atentamente, advertí que era la mujer que constituía mi bien, la que el día antes se había dignado saludarme. Y parecióme que el varón en una de sus manos, sostenía algo que inténsamente ardía, así como que pronunciaba estas palabras: Vide cor tuum. Al cabo de cierto tiempo me pareció que despertaba la durmiente y, no sin esfuerzo de ingenio, hacíale comer lo que en la mano ardía, cosa que ella se comía con escrúpulo. A no tardar, la alegría del extraño personaje se trocaba en muy amargo llanto. Y así, llorando, sujetaba más a la mujer entre sus brazos, y diríase que se remontaba hacia el cielo. Tan gran angustia me aquejó por ello que no pude mantener mi frágil sueño, el cual se interrumpió, quedando yo desvelado.
Y a la sazón, dándome a pensar, noté que la hora en que se me presentó la visión era la cuarta de la noche y, por ende, la primera de las nueve últimas horas de la noche. Y, meditando sobre la aparición, decidí comunicarlo a muchos renombrados trovadores de entonces. Como quiera que yo me hubiese ejercitado en el arte de rimar, acordé componer un soneto, en el cual, tras saludar a todos los devotos de Amor, rogaríales que juzgasen mi visión, que yo les habría descrito.
Y seguidamente puse mano a este soneto [...]:
Almas y corazones con dolor,
a quienes llega mi decir presente
(y cada cual responda lo que siente),
salud en su señor, que es el Amor.
Las estrellas tenían resplandor
el más adamantino y el más potente
cuando divino el Amor súbitamente
en forma tal que me llenó de horror.
Parecíame alegra Amor llevando
mi corazón y el cuerpo de mi amada
cubierto por un lienzo y dormitando.
La despertó mi corazón, sangrando,
dio como nutrición a mi adorada.
Después le vi marcharse sollozando.
[...]
A este soneto respondieron, con diversas sentencias, muchos, entre los cuales figuran aquel a quien yo llamo el primero de mis amigos.
Escribió entonces un soneto que empieza así: "Viste a mi parecer todo valor". Y puede decirse que éste fue el principio de nuestra amistad, al saber él que era yo quien le había hecho el envío. Por cierto que el verdadero sentido del sueño mencionado no fue percibido entonces por nadie, aunque ahora es clarísima hasta para los más ignorantes.
---
He suprimido dos frases con [...] siendo la primera como dice el principio del soneto y el segundo la explicación vaga del mismo.

miércoles, 6 de diciembre de 2006

Vide cor meum - 2

II
Luego de mi nacimiento, el luminoso cielo había vuelto ya nueve veces al mismo punto, en virtud de su movimiento giratorio, cuando apareció por primera vez ante mis ojos la gloriosa dama de mis pensamientos, a quien muchos llaman Beatriz, en la ignoracia de cuál era su nombre. Había transcurrido de su vida el tiempo que tarda el estrellado cielo en recorrer hacia Oriente la duodécima parte de su grado y, por tanto, aparecióseme ella casi empezando su noveno año y yo la vi casi acabando mis nueve años. Y digo en verdad que a la sazón del espíritu vital, que en lo recóndito del corazón tiene su morada, comenzó a latir con tanta fuerza, que mostraba horriblemente en las menores pulsaciones. Temblando, dije estas palabras: Ecce deus fortior me, veniens dominabitur mihi. En aquel punto, el espíritu animal, que mora en la elevada cámara adonde todos los espíritus sensitivos del hombre llevan sus percepciones, empezó a maravillarme en gran manera, y dirigiéndose especialmente a los espíritus de la vista, dijo estas palabras: Apparuit jam beatitudo vestra. Y a su vez el espíritu natural, que reide donde se elabora nuestro alimento, comenzó a llorar, y, llorando, dijo estas palabras: Heu miser! quia frecuenter impeditus ero deiceps!.
Y a la verdad que desde entonces enseñoreóse Amor de mi alma, que a él se unió incontinente, y comenzó a tener sobre mí tanto ascendiente y tal dominio, por la fuerza que le daría mi misma imaginación, que vime obligado a cumplir cuando se le antojaba. Mándame a menudo que procurase ver a aquella criatura angelical. Yo, pueril, andábame a buscarla y la veía aparecer con tan digno y tan noble que ciértamente podíansele aplicar aquellas palabras del poeta Homero: "No parecía hija de hombre mortal, sino de un dios".
Y aunque su imagen, que continuamente me acompaña, se enseñorease de mí por voluntad de Amor, tenía tan nobilísima virtud, que nunca consintió que Amor me gobernase sin el consejo de la razón en aquellas cosas en que sea útil de oir el citado consejo.
Pero como a alguno le parecerá ocasionado a fábulas hablar de pasiones y hechos en extremada juventud, me partiré de ello, y, pasando en silencio muchas cosas que pudiera extraer de dónde nacen éstas, hablaré de lo que en mi memoria se halla escrito con caracteres más grandes.

Vide cor meum - 1

I
En aquella parte del libro de mi memoria, antes de la cual poco podía leerse, hay un epígrafe que dice Incipit vita nova. Bajo este epígrafe se hallan escritas las palabras que es mi propósito reunir en esta obrilla, ya que no es su integridad, almenos sustancialmente.